jueves, 9 de febrero de 2017

Cómo prevenir el abuso sexual infantil. Pautas para padres y madres.




A los padres nos preocupan muchas cosas relacionadas con nuestros hijos, y el abuso sexual infantil me atrevería a decir que es de las más habituales y según las cifras que se barajan, parece que es una preocupación con bastante fundamento. 

No pretendo alarmar, pero sí sensibilizar, y en la medida de lo posible prevenir que ocurra.

Según recoge Save the Children, algunas estimaciones nos dan datos escalofriantes, el 23 por cien de las niñas y un 15 por cien de los niños sufre abusos sexuales antes de los 17 años en España. Y lo más inquietante es que se cree que solo vislumbramos la punta del iceberg: el 80% de los abusos son silenciados por estar producidos dentro del ámbito familiar. 

Según un estudio liderado por profesionales del servicio de urgencias del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona (España), de los casos de maltrato infantil detectados los diagnósticos de abuso sexual representaron el 20,2%.


Existe una gran mitología en torno al abuso sexual infantil que por extendida no hace que sea cierta, y a lo que contribuyen es a invisibilizarlo más si cabe propiciando su mantenimiento. ¿Cuáles son esos mitos o creencias erróneas sobre el abuso sexual infantil?

Vemos cuales son los más importantes y extendidos:

- “El abuso sexual infantil es poco frecuente o no existe”

Falso: El abuso sexual infantil constituye una forma de maltrato infantil bastante frecuente en nuestra sociedad. Sin embargo, temor de los niños para revelar y hacer pública la situación, así como el pudor, vergüenza, incredulidad o miedo de los padres o cuidadores al sospechar de una situación de abuso, hacen que los casos que se denuncian aún sean un porcentaje menor.

- “Los agresores sexuales son enfermos mentales”

Falso: La mayoría de los abusadores sexuales, si bien podría presentar algún tipo de trastorno psicológico de base, realizan los abusos sabiendo lo que hacen, sin ningún estado de enajenación mental propio de alguna patología psiquiátrica, mostrándose adaptados socialmente en los demás ámbitos de su vida.

- “Los abusos sexuales son fáciles de detectar”

Falso: Hay muchas razones que dificultan la identificación del abuso, entre ellas el miedo del niño a las amenazas del abusador castigos, falta de entendimiento de lo que está ocurriendo, creencia del niño de que no le van a creer o le van a culpar de lo sucedido. Una razón muy importante también es que los adultos no estamos preparados para hacerle frente a una realidad como esta, y suele ser más fácil pensar que no está sucediendo realmente, que no vemos lo que vemos, que debe ser un error lo que sospechamos, o que simplemente estamos exagerando al sospechar.

- “Los niños generalmente mienten cuando señalan que están siendo víctimas de algún abuso”

Falso: La conducta más natural de los niños es decir la verdad cuando algo les afecta o les está haciendo daño. La probabilidad de que un niño o niña llegue a elaborar como fantasía una situación de abuso sexual es bajísima, por lo tanto, cuando un niño nos relata que algo así le ha ocurrido, lo más probable es que estemos ante una situación de abuso real.

- “El abuso sexual infantil ocurre sólo cuando hay pobreza”

Falso: El abuso sexual infantil ocurre en todas las clases sociales y todos los estratos socioculturales. Lo que sucede es que en clases con mayores recursos económicos se tiende a ocultar aún más la situación, produciéndose menos denuncias a instancias públicas o privadas.

- “El abuso sexual es provocado por la víctima”

Falso: El abusador siempre intentará justificar su acción alegando provocación por parte del niño, como forma de evadir su responsabilidad en el comportamiento abusivo. 

- “El abuso sexual infantil ocurre en lugares solitarios y en la oscuridad”

Falso: Estadísticamente, la mayor parte de los abusos sexuales infantiles son cometidos por personas conocidas, y generalmente ocurre en espacios familiares dentro de su entorno y a cualquier hora del día.

- “Los abusos sexuales afectan a niños mayores o adolescentes”

Falso: Los abusos sexuales afectan a menores de todas las edades, siendo el grupo más vulnerable los menores de 12 años, llegando a extremos de menores de 2 años de edad.

Visto este panorama global, ¿qué podemos hacer como padres para prevenirlo? Una buena comunicación de los padres con sus hijos es la mejor forma de prevención.


Intentar un estilo de crianza en el que se les tenga en cuente y se respete su individualidad, sin que falten los límites claros. Una educación autoritaria por medio de castigos, intimidación y poder hace ver al niño que hay que someterse al adulto sin rechistar y siempre obedecer a la figura de poder. El niño pierde capacidad de reacción, de pensamiento crítico, de sentir que es una persona digna de respeto. Con una crianza autoritaria se favorece la anulación del yo del niño, la tendencia a la culpa (que agrava el problema posterior al abuso) y la sumisión.

Hay familias que piensan que piensan que hablar sobre sexualidad puede desatar temores en sus hijos o impedir un sano desarrollo sexual o que si no se habla de sexualidad y se mantiene silenciada, el hijo estará exento de riesgo. Sin embargo, según literatura especializada, parece ser que proporcionar a los niños información suficiente del tema, que sea pertinente a su edad y comprensión, es un factor protector. Hablar sobre el tema facilita que no sean víctimas de abusos. Así que es importante hablarles sobre lo que es el abuso, para que se sepan identificar cuando alguien hace uso de su posición de poder para beneficio propio.

Es importante remarcar que la mayoría de casos ocurren en el ambiente cercano del niño, ya sea del barrio, actividades o de la casa, por ello las recomendaciones de no hablar a desconocidos ni alejarse de a casa son válidas pero insuficientes. 

¿Cómo y cuándo hablar con ellos? No existe una edad determinada para comenzar a hablar del tema con los hijos. Cuanto antes mejor, siempre y cuando se use un lenguaje sencillo, acorde a su edad y no amenazante.

¿Qué temas debemos tratar con ellos?

Hay que hacerles conscientes de su cuerpo y en especial de las partes reservadas para él mismo y prohibidas para los demás. Un término muy útil para hablar de estas partes del cuerpo, es llamarlas partes privadas". 

Al niño le queda claro cuáles son sus partes privadas, cuando sabe que son todas aquellas que cubre su ropa interior. Asimismo, es importante referirnos a ellas por su nombre, pene y vagina, y no palabras como “chichi” y “colita”. Así eliminarás la noción de que los asuntos sexuales están prohibidos o son vergonzosos.

Cuando hablamos con él acerca de sus partes privadas, debemos enfatizar en que nadie debe de jugar con ellas, ni tocarlas, ni manipularlas, ni chuparlas, ni besarlas".

A su vez, debe de quedar muy claro que él no podrá hacer lo mismo con las partes privadas de sus amigos, hermanos, primos, padres, tíos, abuelos, maestros y desconocidos, ya que respetar el propio cuerpo es igual de importante que respetar el de los demás.

A veces la percepción de su propio cuerpo como algo que debe ser respetado a veces choca sobre todo en las reuniones familiares donde el niño es obligado a dar besos o abrazos cuando no desea hacerlo, o a recibirlos. Algo tan aparentemente inocente puede ser la semilla de pensar que los adultos que se lo digan pueden hacer con su cuerpo lo que quieran.

La idea de respeto o atención a los mayores no debe confundirse con incondicionalidad hacia ellos, porque puede generar la idea de que los menores están al servicio “de los adultos”. Y es una idea bastante perniciosa a la hora de prevenir los abusos sexuales.

La idea de “mi cuerpo es mi territorio y nadie lo toca sin mi permiso” debe quedarles muy clara y no debemos temer reiterarla continuamente.

El abuso sexual no es un acto que aparece súbitamente. El abusador necesita de privacidad y del silencio de su víctima. Por lo tanto, buscará la ocasión de estar sólo y se asegurará que la víctima no le cuente a nadie lo ocurrido.

Explíquele a su hijo que existen secretos buenos (por ejemplo, un regalo sorpresa) y malos, como ocultar que le hacen regalos, que les llevan a lugares a escondidas. Que existen secretos, que no deben ser guardados, que si algo les produce daño, o vergüenza, para que deje de producir ese daño, lo mejor es que se lo cuente, que siempre le comprenderá y protegerá.


El abusador sexual suele actuar de modo gradual, empezando por pequeñas cosas para ir aumentando el abuso con cosas mucho más graves. Hable sobre el tema: los niños suelen mantener el abuso en secreto. Los abusadores utilizan el cariño, la persuasión, la mentira, o la presión psicológica, manipulan y confunden a los niños, les envuelve en una relación falsa que se representa como afectiva y protectora para que crean que la culpa es de ellos o que lo que están haciendo es algo normal o un juego, pueden amenazar al niño o incluso amenazarle con hacer daño a otras personas de su familia. Hablar con los niños sobre el abuso, adaptando nuestro diálogo a su edad puede hacer que se elimine la barrera del silencio.

La agresión sexual se hace de manera “dulce” y solapada, provocando en muchos casos en la criatura sensaciones corporales agradable e incluso goce sexual, lo que provoca sentimientos encontrados y mucha confusión en el menor, sobre todo si va acompañado de frases del “a ti te gustó, tú aceptaste”.

Diga a los niños que "si alguien trata de tocarte el cuerpo y de hacerte cosas que te hacen sentir raro, dile que NO a la persona y que se lo cuente enseguida.

Por el trabajo, el estudio y las ocupaciones diarias, caca vez hay menos comunicación con los hijos. Es preciso crear espacios de comunicación con los niños en los que puede surgir la confesión del abuso de darse este. Por eso, son los adultos los que deben fomentar desde casa una comunicación abierta y transparente entre todos los miembros de la familia. 

Procure hablar cada día con sus hijos y tómese el tiempo necesario para escucharlos y observarlos. Entérese de los pormenores de sus actividades y sentimientos. Anímelos a que compartan con usted las preocupaciones, dudas y problemas que tengan.

Desde que el niño tiene posibilidades de comprender lo que se le dice, es necesario explicarle la diferencia entre una expresión de cariño y una caricia sexual. Que existe abuso sexual y que por lo general se trata de un adulto que quiere “jugar” con sus partes privadas y luego pedirle que no se lo cuente a nadie.

Procure avisarles sin asustarlos. Subraye que la mayoría de los adultos se dedican a proteger a los niños de cualquier daño y que nunca serían capaces de hacer estas cosas, pero que también existen otros que podrían molestarlos. Tampoco se trata de evitar los “mimitos” que les dan otras personas, porque la gente en general es buena; sólo hay que aprender a decir "no" a lo que no nos gusta que nos hagan.

Alérteles de que el adulto podría ser una persona conocida, una persona amada o de confianza, o posiblemente alguna persona con cierta autoridad.

Para acabar, es importante que tengan unas instrucciones específicas acerca de cómo actuar en caso que se encuentre en una situación de abuso sexual:

Decir NO

Salir de la situación

Contarlo. A los padres o persona de confianza.



Para facilitar el tratar el tema, facilito unos enlaces a algunos materiales de apoyo para tratar el tema. Unos vídeos cortos y sencillos, así como unos cuentos, descargables la mayoría para leer y comentar.

Vídeos:

- El cuento de Iván.


- Cuidado con el zorro.


- Pao y las zapatillas mágicas.


Cuentos: 

- La Regla de Kiko


- Ojos Verdes 


- ¡Estela grita muy fuerte!:


- Cata y Benja.






martes, 24 de enero de 2017

Relajación infantil. Relajación de Koeppen.





Todo el mundo coincide en señalar que la relajación es un estado de reposo o tranquilidad y que es deseable para combatir el estrés del trabajo y la vida ajetreada que llevamos,y los niños también necesitan aprender a relajarse. Puede que no nos acordemos de cuando éramos niños y tengamos idealizada esa fase y la rememoremos de una forma despreocupada y casi ociosa.

También hay que tener en cuenta que vivimos en una sociedad que fomenta la prisa, los estímulos rápidos y la gratificación inmediata, y cada vez introducimos a los niños en este mundo de prisa y competitividad más pronto, por eso es importante tener a mano recursos que favorezcan un mayor control de la ansiedad y las tensiones.

Hay niños que por diversos motivos, se encuentran en permanente estado de excitación y no saben que existe otra sensación corporal mucho más placentera como es la relajación



Las tensiones en el mundo de un niño pueden manifestarse por medio de síntomas físicos como dolores de cabeza, enuresis, dificultad para dormir, o molestias de estómago. O bien tienen manifestaciones emocionales como enfado, tristeza o miedo. 

Los adultos a veces pedimos a los niños que se relajen sin más, como si tuvieran un resorte y pudieran volverse de mantequilla, y a veces ellos no saben ni que es ni cómo lograr la relajación que les pedimos.


La relajación de Koeppen es un procedimiento de relajación muscular que intenta enseñar al niño por medio de visualizaciones, a relajarse tensando y relajando alternativamente sus distintos grupos musculares. La idea es consigir que los niños sean capaces de reconocer su propio cuerpo y las distintas emociones. La actividad, al estar planteada como un juego entre padres e hijos, les predispone a positivamente a ella y ayuda a crear un vínculo aún más fuerte entre padres e hijos .

La finalidad es siempre que los niños aprendan por sí solos a manejar ciertas situaciones, y que esta técnica se convierta en una herramienta automática.

Se puede ambientar la situación con música relajante que favorezca un entorno cálido y sosegado.


Es importante que los niños sepan la utilidad del ejercicio, y la explicación se realiza a partir de emociones y estados de ánimo que saben reconocer: “cuando estás nervioso, cuando te enfadas, cuando no puedes dormir… notas cómo tus músculos se tensan sin darte cuenta, y eso te hace estar muy incómodo. Si consigues aprender a relajarte, cuando estés nervioso podrás controlar esa tensión y te irás sintiendo mejor.” Una vez que el niño haya comprendido lo anterior, entonces, y solo entonces podremos comenzar con el ejercicio.


TÉCNICA DE KOEPPEN DE RELAJACIÓN PARA NIÑOS


Se aconseja que las sesiones de entrenamiento no tengan una duración de más de quince minutos. Asimismo, es necesario, como mínimo, llevar a cabo de dos a tres sesiones semanales para facilitar un aprendizaje rápido, aunque lo ideal es la práctica diaria.

Es importante que siempre expliquemos al niño qué pretendemos conseguir con la relajación y hacer hincapié en el aprendizaje de una respiración lenta y profunda; para ello se le entrena al principio en dos o tres ciclos de inspiración-espiración y progresivamente se aumenta hasta cinco o seis ciclos. Cuando el niño domina este tipo de respiración, no tiene más que aplicarla en los momentos clave. 

Brazos y manos

Imagínate que tienes un limón en tu mano izquierda. Ahora trata de exprimirlo, trata de exprimirle todo el zumo. Sientes la tensión en tu mano y en tu brazo mientras lo estás exprimiendo. Ahora déjalo caer. Fíjate en cómo están ahora tus músculos cuando estás relajado. Coge ahora otro limón y trata de exprimirlo. Exprímelo más fuerte de lo que has hecho la primera vez. Muy bien. Ahora tira el limón y relájate. Fíjate en lo bien que se sienten tu mano y tu brazo cuando están relajados. Venga, una vez más, coge el limón con tu mano izquierda y exprímele todo el zumo, no dejes ni una sola gota, exprímelo fuerte. Ahora relájate y deja caer el limón. (Repetir el mismo ejercicio con la mano derecha).

Brazos y espalda

Ahora vamos a imaginarnos que eres un gato perezoso y que quieres estirarte. Estira los brazos delante de ti, ahora levántalos por encima de tu cabeza y lleva la cabeza hacia atrás. Fíjate, cuando te estiras qué sientes en tu espalda. Ahora deja caer tus brazos a los costados de tu cuerpo. Muy bien. Vamos a estirarnos una vez más. Estira los brazos delante de ti, levántalos por encima de la cabeza y tira de ellos hacia atrás, fuerte. Ahora déjalos caer. Muy bien fíjate en cómo tu espalda está ahora más relajada. Una vez más, vamos a intentar estirar los brazos, esta vez intenta tocar el techo. De acuerdo. Estira los brazos delante de ti, levántalos por encima de la cabeza y tira de ellos hacia atrás. Fíjate en la tensión que sientes en los brazos y en tu espalda. Un último estiramiento, ahora muy fuerte. Deja caer los brazos, fíjate en lo bien que te sientes cuando estás relajado.

Espalda y cuello

Ahora imagínate que eres una tortuga. Imagínate que estás sentado encima de una roca en un lago tranquilo relajándote con los rayos del sol; te sientes tranquilo y seguro. ¡Oh! De pronto tienes una sensación de peligro. ¡Vamos! Pon la cabeza dentro de tu caparazón, trata de levantar los hombros hacia tus orejas, intenta poner la cabeza entre los hombros. Aguanta así, no es fácil ser una tortuga que está dentro de su caparazón. Ahora el peligro ya ha pasado, puedes salir de tu caparazón y volver a relajarte a la luz del cálido sol; relájate y siente el calor del sol. Cuidado, más peligro, rápido pon la cabeza dentro, has de tener la cabeza totalmente dentro para poder protegerte, ¿de acuerdo? Ya puedes relajarte saca la cabeza y deja que tus hombros se relajen. Fíjate en que te sientes mucho mejor cuando estás relajado que cuando estás tenso. Una vez más ¡Peligro! Esconde la cabeza, lleva tus hombros hacia las orejas y no dejes que ni un solo pelo de tu cabeza quede fuera del caparazón. Quédate dentro, siente la tensión en tu cuello y en tus hombros; de acuerdo, ya puedes salir de tu caparazón, el peligro ha pasado. Relájate, ya no habrá peligro, no tienes por qué preocuparte, te sientes seguro, te sientes bien. 


Cara y nariz

Imagínate que tienes un enorme chicle dentro de la boca; no es fácil de masticar, está muy duro. Intenta morderlo, deja que los músculos de tu cuello te ayuden. Ahora relájate, deja tu mandíbula floja, relajada, fíjate en lo bien que te sientes cuando dejas tu mandíbula relajada. Muy bien, vamos ahora a masticar otra vez el chicle, muérdelo fuerte intenta apretarlo, que se meta entre tus dientes. Muy bien, lo estás logrando. Ahora relájate, deja caer tu mandíbula, es mucho mejor estar así que estar luchando con ese chicle. De acuerdo, una vez más vamos a intentar morderlo. Muérdelo lo más fuerte que puedas, muy bien, estás trabajando muy bien. Ahora relájate. Intenta relajar todo tu cuerpo, intenta quedarte como flojo, sin energía tanto como puedas.

Bien, ahora viene volando una de esas moscas pesada y se te ha puesto encima de tu nariz. Sin utilizar tus manos trata de espantarla. Intenta hacerlo arrugando tu nariz. Trata de hacer tantas arrugas como puedas. Deja tu nariz arrugada fuerte. ¡Bien! Has conseguido alejarla. Ahora puedes relajar tu nariz. ¡Oh! Por aquí vuelve esa mosca pesada; arruga tu nariz fuerte, lo más fuerte que puedas. Muy bien, nuevamente se ha ido. Ahora puedes relajar tu cara. Fíjate en que, cuando arrugas tan fuerte tu nariz, tus mejillas, tu frente e incluso tus ojos se ponen tensos. ¡Oh! Otra vez vuelve esa pesada mosca, pero esta vez se ha puesto sobre tu frente, intenta cazar la mosca con tus arrugas fuerte. Muy bien, ahora se ha ido para siempre, puedes relajarte, e intentar dejar tu cara relajada y sin arrugas. Siente como ahora tu cara está más relajada. 

Estómago

Imagínate que estás estirado sobre el césped, ¡oh, mira! Por allí viene un elefante, pero él no está mirando por dónde pisa. No te he visto, va a poner un pie sobre tu estómago, ¡no te muevas! No tienes tiempo de escapar. Trata de tensar tu estómago poniéndolo duro, realmente duro, aguanta así; espera, parece como si el elefante fuera a irse en otra dirección. Relájate, deja el estómago suave y relajado, tanto como puedas. Así te sientes mucho mejor. ¡Oh! Por allí vuelve otra vez. ¿Estás preparado? Si te pisa y tienes el estómago duro, no te hará ningún daño. Pon el estómago duro como una roca, ¿de acuerdo? Parece que otra vez se va. Puedes relajarte. Siente la diferencia que existe entre tener el estómago tenso y tenerlo relajado. Así es como quiero que te sientas, tranquilo y relajado. ¡No te lo puedes creer!, pero el elefante está volviendo, y esta vez parece que no cambiará de camino, viene directo hacia ti. Tensa el estómago. Ténsalo fuerte, lo tienes casi encima de ti, pon el estómago duro, está poniendo una pata encima de ti, tensa fuerte. Ahora parece que se va, por fin se aleja. Puedes relajarte completamente, estás seguro, todo está bien, te sientes seguro, tranquilo y relajado. 

Esta vez vas a imaginarte que quieres pasar a través de una valla muy estrecha y que en sus bordes hay unas estacas. Tienes que intentar pasar, y para eso te harás delgado, metiendo tu estómago hacia dentro; intenta que tu estómago toque tu columna. Intenta meter tu estómago todo lo que puedas, ¡has de atravesar la valla! Ahora relájate y siente cómo tu estómago está flojo, Muy bien, vamos a intentar nuevamente pasar a través de la estrecha valla. Encoge el estómago, intenta que toque tu columna, déjalo realmente dentro, muy dentro, tanto como puedas, aguanta así, has de pasar esta valla. Muy bien, has conseguido pasar a través de la valla sin pincharte con sus estacas. Ahora relájate, deja que tu estómago vuelva a la posición normal. Así te sientes mejor. Lo has hecho muy bien. 

Piernas y pies

Ahora imagínate que estás de pie y descalzo, y que tus pies están dentro de un pantano lleno de lodo muy espeso. Intenta hundir los dedos del pie lo más profundo que puedas en el lodo. Probablemente necesitarás de tus piernas para ayudarte a empujar. Empuja hacia dentro, siente cómo el lodo se mete entre tus pies. Ahora sal fuera y relaja tus pies. Deja que se queden flojos y fíjate en lo bien que se está así. Te sientes bien cuando estás relajado. Volvamos dentro del espeso lodo. Pon tus pies dentro, lo más profundo que puedas. Deja que los músculos de tus piernas te ayuden a empujar tus pies. Empuja fuerte, el lodo cada vez está más y más duro. De acuerdo, sal de nuevo y relaja tus piernas y tus pies. Te sientes mejor cuando estás relajado. No tenses nada. Te sientes totalmente relajado.

Al finalizar el ejercicio, si el niño no se encuentra muy cansado, podemos concluir la sesión de relajación con algunos ejercicios de respiración y visualización de imágenes que le resulten agradables.

La visualización y la respiración son otra técnica de relajación que, o bien complementa a la técnica Koeppen, o se realiza de forma independiente.


lunes, 23 de enero de 2017

Violencia de género en la adolescencia. Guías y recursos para su abordaje.




La ONU, en su Declaración de 1993, define la violencia contra la mujer (comúnmente conocida como Violencia de Género) como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o un sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada”.

Hay datos bastante preocupantes con respecto a la violencia de género y las adolescentes. Según la Macroencuesta española de Violencia Contra la Mujer de 2015 hasta el 21% de las mujeres menores de 25 años que han tenido pareja han sido víctimas de violencia de género, frente al 9% de las mujeres en franjas de edad superiores.

Según numerosos estudios, (como ejemplo este del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud ), se cree que son los factores socioculturales  los que refuerzan los estereotipos que diferencian a chicos y a chicas y las diferentes atribuciones de capacidades que se hacen a unos y otras. Esto hace que se construyan unas ideas preconcebidas de que es masculinidad y feminidad.

La violencia de género es un fenómeno complejo que es necesario comprender. Esta violencia de género no es simplemente una forma más de violencia; tiene unas características diferenciales (en su origen, mecanismos y consecuencias) que es necesario tener en cuenta a la hora de trabajar con adolescentes. (Para más información ver la documentación en los diferentes enlaces en este texto).

La violencia de género es un instrumento de control, dominio y sometimiento que tiene como objetivo imponer las pautas de comportamiento que el hombre (desde un sistema de creencias sexista) considera que debe tener la mujer con la que mantiene una relación.

En esta línea, la Doctora en Sociología y especialista en violencia de género en la adolescencia y juventud, Carmen Ruiz Repullo,utiliza el cuento de Pepa y Pepe, ideado por ella, así como los peldaños de la violencia de género, para mostrar de qué manera las y los adolescentes acceden al peligroso círculo de la violencia de género. Los ejemplos que utiliza son fruto de las investigaciones que detalla en uno de sus estudios, “Voces tras los datos. Una mirada cualitativa a la violencia de género en adolescentes”

Os recomiendo que veáis a la propia Carmen contar el cuento de Pepa y Pepe, merece la pena por su sencillez y claridad.



Teniendo en cuenta todo lo dicho, es importante visibilizar que amar no está relacionado con los celos ni con el control. Si eres una chica que comienza sus primeras relaciones, o lo hacen tus amigas, una manera de prevenir conductas de maltrato o violencia es leer esta guía, donde podrás encontrar información sobre el amor y cómo saber si tu relación entra en terreno peligroso para ti.


Si trabajas en la educación y quieres abordar estos temas en el aula, este material te puede interesar para empezar.


Si sospechas que tu hija, familiar o amiga sufre malos tratos, puede que esta guía te ayude a saber como actuar. 




Para acabar con un tema tan complicado, denso y preocupante, os dejo con una canción de Massive Attack, donde en su videoclip plasma de una forma impactante el proceso de pérdida de autonomía, dependencia y alienación.



Gracias por tu atención.

miércoles, 11 de enero de 2017

Desesperanza y el sentido de la vida. Viktor Frankl.



Quien tiene un para qué vivir, encontrará casi siempre el cómo.

Friedrich Nietzsche

Viktor Frankl fue un reconocido neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió al holocausto. Creó un enfoque terapéutico denominado "logoterapia", que propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano. Se centra en encontrar el sentido a la existencia humana.


Frankl fue prisionero en varios campos de concentración nazis durante 3 años, incluidos Auschwitz y Dachau. Tras su liberación escribió el que puede que sea su libro más famoso "El hombre en busca de sentido". En él describe la vida del prisionero de un campo de concentración desde la perspectiva de un psiquiatra. 








Como ejemplo de su enfoque terapéutico, está esta entrevista, de poco más de 8 minutos, en la que Frankl ofrece momentos memorables, como la definición de desesperanza que da:


"La DESESPERANZA puede ser explicada en términos de una ecuación matemática: 

D = S – P

DESESPERANZA es SUFRIMIENTO sin PROPÓSITO".

O cuando dice: "nuestra libertad es una libertad finita. Es una libertad limitada. Eso equivale a decir que el ser humano nunca está completamente libre de condiciones, sean estas de tipo biológico, psicológico, o sociológico, pero siempre tenemos la libertad suprema, la libertad última: la libertad de elegir una actitud ante cualesquiera sean las condiciones que enfrentamos. 

Cómo reaccionamos ante condiciones que no puedan ser cambiadas, depende de nosotros, la libertad última de cambiar nuestra actitud ante esa situación".


Resalta la responsabilidad y la libertad de las personas incluso en condiciones traumáticas .


jueves, 6 de octubre de 2016

Desactivando el piloto automático.

Así pues, la mente no mira ni delante ni detrás. Solo el presente es nuestra felicidad. 
Goethe, Fausto.





A un hombre se le pincha la rueda del coche al atardecer en una carretera secundaria mientras circulaba en busca de una estación de servicio y cuando se dispone a cambiar la rueda, con las manos llenas de grasa tras haber explorado el neumático, se da cuenta de que no tiene gato.

Mira alrededor suyo y solamente observa una casa aislada a lo alto de la colina, nada más.




Y hacia allí que se dirige, con la intención de pedir un gato para poder cambiar la rueda y seguir su camino. Mientras anda en dirección a la casa, empieza a darle vueltas a la cabeza: 

- Es tarde. 
- No me conocen de nada. 
- Estoy sucio.
- Me dirán que no tienen gato para librarse de mi. 
- Es una zona solitaria, seguro que han intentado robarles más de una vez. 

Y de esta forma se va cargando de negatividad y se va "calentando" él solito, hasta que llega a la puerta y llama. El hombre todavía sigue dándole vueltas: 

- No me van a abrir, y si me abren me echarán seguro.
- Qué poco solidaria que es la gente... 

Cuando se abre la puerta, antes de que la persona de la casa pueda abrir la boca, el hombre le suelta a gritos: 

"¡Puedes meterte el gato por el culo, no necesito nada tuyo: antes muerto!", se da media vuelta y se va. 



Esta historia es un ejemplo de cómo sin darnos cuenta realizamos muchas actividades en modo "piloto automático", conducir, lavarnos los dientes, ducharnos... Entre esas actividades que no pasamos por la conciencia y la atención está el pensar. La mayoría del contenido mental que generamos, lo hacemos sin darnos cuenta. Muchas veces al pensar en piloto automático convertimos situaciones negativas o muy negativas en desastres absolutos, en vez de interpretarlos como eventos desafortunados o muy desafortunados, lo que hace que adoptemos una actitud catastrofista, derrotista y victimista, para muestra el hombre de nuestra historia.

¿Sabes la cantidad de energía que nos quita esa montaña rusa de pensamientos descontrolados que acuden a nuestra cabeza, que vienen…, que nos enfadan e irritan, y que se van para volver al segundo siguiente? Perdemos oportunidades que autodescartamos, culpamos a los demás de nuestras construcciones mentales, nos hacemos daño juzgándonos y culpándonos...

La "mente errabunda" sin control ni atención, nos lleva a vivir con un grado importante de inconsciencia cotidiana, lo que nos lleva a perdernos aspectos importantes de la vida y generarnos mucho malestar sin saberlo. La alternativa es ser conscientes de cada cosa que hacemos en el momento en el que la estamos haciendo. Cultivar la atención plena o mindfulness.

Se trata en cierto modo de pasar del "modo hacer" en el que habitualmente funcionamos, al "modo ser", que nos conecta con aspectos profundos de nosotros mismos que nos devuelven a un estado de calma interior. Pasar del piloto automático a la vida consciente.


De eso se trata, de atender al aquí y ahora con atención plena, desterrando el modo piloto automático.




Si quieres experimentar la atención plena y salir del modo piloto automático, no dudes en ponerte en contacto y resolver tus dudas, tanto de forma presencial como online en mamen.bueno@gmail.com

Twitter @Mama_Psicologa



miércoles, 28 de septiembre de 2016

Cómo manejar las críticas y los ataques. El cuento del Samurái.



La opinión que otros tengan de ti, es su problema, no el tuyo.

-Elisabeth Kubler Ross





No vivimos en burbujas, nos relacionamos con otras persona, muchas a lo largo del día. Todos hemos recibido críticas, ofensas y afrentas. Depende de cómo afrontemos y enfrentemos esas críticas obtendremos entereza y serenidad o desdicha y malestar.



¿Qué podemos hacer entonces para no sentirnos mal ante las críticas? ¿Cómo conseguir que lo que diga o haga otra persona no nos afecte? ¿Cómo se hace para no dar el poder a los demás de alterar nuestro estado de ánimo?



A ver si este cuento nos da alguna pista.


"Cerca de Tokio vivía un gran Samurái, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes.


A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario.



Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento, y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante.


El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla.

Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío.

Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo:

Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros.

Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.



Samurai Champloo

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

-¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo Samurái repuso:

-Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?

-Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.

-Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo".


Las críticas pueden venir de la mano de personas manipuladoras, envidiosas, resentidas,… Los criticones y los mentirosos no dejan de ser gente tóxica que nos puede rodear en cualquier ámbito de nuestra vida, no podemos saber cuándo, dónde ni quién nos va a criticar. En cambio, sí podemos elegir cómo queremos sentirnos (tranquilosa, indiferentes, seguro o lo que sea), independientemente de lo que hagan o digan los demás, esta actitud es el mejor regalo que nos podemos hacer y una fuente inagotable de paz interior.


Cuando otros nos critiquen sin fundamento o sin razón, podemos tomar la actitud  del Samurái que muestra el cuento. Mostrarnos indiferentes ante los comentarios hirientes, hace que sus críticas se esfumen. Si desde un primer momento ellos notan que topan contra una pared firme y segura, acabarán alejándose ellos de nosotros antes que nosotros de ellos.   

Lo único que podemos controlar y que está bajo nuestro control es el cómo nos afecta lo que dicen de nosotros.  Eso sí lo podemos controlar.  



En tu mano está, tú eliges.





miércoles, 6 de julio de 2016

La vergüenza del Síndrome de Alienación Parental SAP


En poco menos de dos día han saltado dos noticias de las que te encojen el corazón.

Una es la de Patricia, una joven que tras cumplir los 18 años se decide a contar la historia de como le cambió la vida a los 6 años,  al concederle un Juez la custodia al su padre. En sus palabras, "Cuando le dieron mi custodia a él, se acabó mi infancia".  La noticia aquí.

Otra es la historia de una niña de 9 años, que ante la negativa del sistema a protegerla,  ha tenido que ingeniárselas para grabar una charla con su padre para probar que abusaba de ella. Y que el sistema pueda protegerla de una vez. La noticia aquí.


En ambos casos, se hacía referencia a que la madre era una manipuladora y malmetía contra el padre. En casos así se suele alegar el inexistente Síndrome de Alienación Parental (SAP). ¿Y eso que es? Pues bien, trataré de explicarme.

A día de hoy resulta que si un menor alega que es víctima de bulling, un robo, o ha sido testigo de un delito hay técnicas y métodos para definir si su versión es veraz o no.

Pero si resulta que el delito del que dice ser víctima es abuso sexual o maltrato, por parte de su padre, no sólo no se le cree y esas técnicas parece que ya no existen, sino que se le pone la etiqueta de tener un síndrome inexistente y deja de creérsele por sistema. Y como tratamiento se propone ir con el abusador o maltatador.

Ahora propongo un ejercicio de imaginación. ¿Os imagináis que a un menor que sufre bulling en el colegio como tratamiento se le imponga el pasar todas las tardes con los abusones? y sin la vigilancia de nadie. Y a las personas que intenten defender al menor les acusen de manipular, de ser unos resentidos que no dejan que se relacionen con normalidad con unos compañeros la mar de majos que sólo quieren lo mejor para ellos.

¿A que es absurdo? Pues esa mierda es el SAP.

Ahora voy a intentar ser un poco más técnica. 

El SAP fue creado por R. Gardner, un médico estadounidense que hacia voluntariado en orfanatos, entre otras cosas, que terminó por suicidarse en 2003 envuelto en polémicas acusaciones de pedofília y pederastia.  En este enlace se rebaten sus  bases supuestamente científicas una a una.


Este señor fue creando y dando forma a SU teoría contestando a sus críticas con teoría AD HOC. Si me acusan de algo voy contestando sobre la marcha.

El SAP no constituye una entidad médica ni clínica, ¿esto que quiere decir? que no hay una consistencia de síntomas que llegue a dar origen a una propia entidad clínica medible y mensurable, en una caso se parece más un TEP, en otro una Falsa Ideación, en otro depresión, pero da igual, si me interesa lo llamo a todo SAP.

El tratamiento que propone viola los derechos más elementales de los niños, y NO SE DA EN NINGÚN TIPO DE TRASTORNO. Lo que propone es ABERRANTE, y va contra cualquier manual de psicoterapia infanto-juvenil.

Curiosamente el SAP nunca fue diagnosticado fuera de un litigio por custodia. 

En resumen. El SAP fue construido por medio de falacias: argumento circular, apelar a la autoridad (él mismo), y las falsas analogías con varios trastornos médicos. El objetivo pragmático es doble: conseguir el cambio de custodia y modificar a través de la «terapia de la amenaza» la conducta del progenitor y los niños que son diagnosticados. Y el diagnóstico diferencial es un argumento circular que explica cualquier reacción como un síntoma.

Ni la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología, las dos instituciones más importantes del mundo en términos de salud y trastornos mentales, no reconocen su existencia.

¿Y cómo ha llegado a hacerse tan popular, incluso entre profesionales de la salud y equipos psicosociales de los Juzgados? Quiero pensar que se debe a que la ignorancia es atrevida. Y que prospera como se explica en el vídeo de los monos y como se crea un paradigma.



Pero todavía habrá quien diga. oye, sea como fuere y llame como se llame, que los padres divorciados utilizan a sus hijos e intentan ponerlos en contra de su otro progenitor es algo más común de lo que parece....

A lo que yo te diré: Eso no lo niega nadie. Pero llámalo hijoputismo, mala fe, orgullo herido, venganza... pero no te inventes una teoría falaz, dañina e insidiosa.

Así que por  Patricia, por la niña de 9 años y por tantas vidas truncadas dejad de utilizad esta basura.

-Pido disculpas por si mi lenguaje en esta entrada ha ofendido a alguien, pero veo como cada vez se da más pábulo a esto y me encorajino.