La invisibilidad de este tipo de
duelo y la carencia de formación y recursos es más frecuente de lo que
desearíamos. Es algo que nadie quiere, por eso no se habla, no se informa y no
se trata en los cursos de preparación al parto, por ejemplo, pese a que la
disminución de los movimientos fetales es un indicador de problemas asociados
con la mortalidad fetal, raras veces se
informa de ello o incluso a las mujeres que manifiestan a sus médicos este hecho,
no se las tiene en cuenta o se las tilda de histéricas.
La muerte del bebé que se espera
durante el embarazo, en el parto o a los pocos días del parto, constituye una
experiencia muy traumática y dolorosa. Son momentos para los que nadie está
preparado. Pese a ello, son duelos que reciben
escasa consideración y que pueden complicarse dando lugar a trastornos
psiquiátricos.
A todas las personas; profesionales, familiares y amigos que
no saben cómo actuar es esos casos, solo decirles que cuando no se sabe qué
decir, lo mejor es no decir nada.
Un lo
siento, dicho con ternura, cariño, empatía y respeto puede ser muy sanador.
Que se rompa el silencio, se nombre y se hable, se llore y
se honre.