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viernes, 6 de octubre de 2017

Muerte y duelo perinatal.




Con motivo el día 15 de octubre, del Día Mundial de la Visibilización y Concienciación de la Muerte Perinatal, durante el mes de octubre se realizan jornadas y actividades encaminadas a visibilizar y concienciar de la importancia y el dolor que produce el duelo perinatal.






La invisibilidad de este tipo de duelo y la carencia de formación y recursos es más frecuente de lo que desearíamos. Es algo que nadie quiere, por eso no se habla, no se informa y no se trata en los cursos de preparación al parto, por ejemplo, pese a que la disminución de los movimientos fetales es un indicador de problemas asociados con la mortalidad fetal,  raras veces se informa de ello o incluso a las mujeres que manifiestan a sus médicos este hecho, no se las tiene en cuenta o se las tilda de histéricas.


La muerte del bebé que se espera durante el embarazo, en el parto o a los pocos días del parto, constituye una experiencia muy traumática y dolorosa. Son momentos para los que nadie está preparado. Pese a ello, sson duelos que reciben escasa consideración y que pueden complicarse dando lugar a trastornos psiquiátricos.

Con todas estas jornadas y actividades, a parte honrar y recordar a los bebés que siguen en el corazón de las familias. Se pretende dar visibilidad y que las personas que tienen que pasar por este duro trance no se sientan solas y bichos raros. Que sus allegados sepan cómo reaccionar. Que se ofrezcan espacios y estrategias para ayudar en los duelos. Que los y las profesionales sanitarios sepan cómo ayudar en esos momentos. Está demostrado que un trato sensible y respetuoso ayuda a que el duelo no se complique.


A todas las personas; profesionales, familiares y amigos que no saben cómo actuar es esos casos, solo decirles que cuando no se sabe qué decir, lo mejor es no decir nada.

Un lo siento, dicho con ternura, cariño, empatía y respeto puede ser muy sanador.


Que se rompa el silencio, se nombre y se hable, se llore y se honre.





viernes, 5 de diciembre de 2014

Cómo hablar de la muerte a los niños.



Cómo hablar de la muerte a los niños.




La muerte es un concepto extremadamente difícil de comprender para los niños, y difícil de explicar para los adultos, ya que además del gran dolor que causa, ni siquiera los adultos somos capaces de entenderla. Aún así es importante no apartarle de la realidad que se está viviendo. Los niños tienen derecho a que les informemos con sencillez y veracidad.

¿Cuándo y cómo hacerlo?

Pasados los primeros momentos de mayor estremecimiento, buscaremos un momento y lugar adecuado y le explicaremos lo ocurrido con palabras sencillas y sinceras.(Estaba muy muy enfermo, o quedó muy muy malherido y las medicinas no le pudieron curar, o era una enfermedad que pocas personas cogen, aclarándole que la mayoría de las personas superan las enfermedades para evitar el miedo a morir por un simple resfriado él u otro familiar).


Es mejor decir ha muerto, a utilizar expresiones como, se ha ido, se ha dormido para siempre, ya que pueden crear más confusión e inseguridad. Para que entienda lo que es la muerte, es útil hacer referencia a los momentos y actividades propias de la edad del niño (no podrá jugar, reír, comer…).

¿Participar o no en los ritos funerarios?.


No se debe obligar a un niño que está asustado a ir al velatorio o al entierro, sin embargo, si es recomendable que participe en algún ritual o ceremonia de despedida, acorde con las ideas familiares. Hacer un dibujo y depositarlo en algún lugar especial para la familia, encender una vela,…

Si decide asistir, explicarle con antelación que verá, que escuchará… Que le acompañe alguien cercano que se pueda hacer cargo de sus preguntas y la expresión de sus emociones. Hay que dejar que el niño exprese sus emociones y sentimientos, sean del tipo que sean, aceptarlos y apoyarle. Tampoco hay que tener miedo a mostrar sentimientos de pena o llanto delante del niño. Los niños imitan a los que tienen a su alrededor, por lo tanto si los adultos se comportan ante la muerte de forma impasible y sin expresar tristeza, aprenderán que no está permitido mostrar sentimientos ni a hacer preguntas y se lamentarán a solas.

Siempre dejarle claro que no ha sido por su culpa, que nada de lo que haya dicho, pensado o hecho tiene nada que ver que con la muerte.

A veces los niños expresan el sufrimiento por la pérdida de forma diferente a como lo expresan los adultos. Puede haber cambios bruscos de humor, alteraciones del sueño, en la alimentación, regresiones,…

Los temores más frecuentes del niño tras una pérdida cercana son:


- ¿Causé yo la muerte?.
- ¿Me pasará esto a mí o a alguien más?.
- ¿Quién me va a cuidar?.