viernes, 16 de junio de 2017

Y el premio a la mejor madre del año es para...

"Si una sociedad que valora a sus niños, deberá cuidar a sus padres (y madres) como tesoros"
John Bowlby









Algunas mujeres que se consideran feministas, juzgan a otras, que no se consideran feministas, diciendo que las mujeres que elijen dejar aparcada su carrera y dedicarse a cuidar a sus hijos, no se empoderan, son unas mantenidas, unas flojas...

Madres que se consideran pro crianza con apego, (reitero no confundir con la teoría de apego de Bowlby), critican y llaman antimadres a mujeres que deciden, por ejemplo, renunciar a la lactancia materna. 
Madres que son estigmatizadas públicamente por reconocer que no todo es idílico y a veces saldrían corriendo sin mirar atrás.

Madres que no toman en serio la violencia ostétrica, o ridiculizan a las madres que quieren un parto menos intervenido.

¿PERO ESTO QUÉ ES?

Señoras, cuando leo estas discusiones, me digo, el machismo sigue ganando. No hemos aprendido nada.

Seguimos alimentando el morbo de que las mujeres peleen entre sí, que se enjuicien y critiquen. Pues no, me niego. Cada mujer materna como mejor puede, sabe y quiere de acuerdo a sus circunstancias. La perfección no existe y ya vale de idealizar algo inalcanzable. Lo que a una familia le vale, a otra no.

Desconozco que ha llevado a una pareja a tomar las decisiones que ha tomado. ¿Quién soy yo para juzgar a nadie? Yo solo tengo mi marco de referencia, yo sé, o creo saber lo que es mejor para mí y mi familia, pero no sé lo que es mejor para la de los demás. No sé que circunstancias llevan a las personas a sus decisiones.

Que se luche por perseguir logros sociales que permitan un mejor cuidado de nuestras criaturas, que permitan una verdadera conciliación y se dejen de chorradas y luchas inexistentes.

Como sociedad, una función que nos corresponde es proteger a los miembros más vulnerables, y por eso es por lo que hay que pelear. No por quién tiene más derecho al carnet, de feminista, de madre.

La maternidad es cuidado, sostén, empuje... ¿dónde queda eso cuando se juzga como realiza esas funciones a otra mujer?

El feminismo defiende capacidad de elegir, libertad, igualdad, equidad, sororidad, ¿dónde está la sororidad cuando se llama mantenida a una mujer que decide ser ama de casa?.

Yo no quiero luchar contra ninguna madre, contra ninguna mujer, quiero cooperar y que nos cuidemos y nos respetemos.

A todo esto, se ve combatir a mujeres por cómo debe ser una mujer, una madre, ¿y los padres qué? ¿Ellos no luchan porque todos son malos o porqué todos son buenos?

En consulta me he encontrado mujeres de diversa condición. Exitosas, con carreras brillantes, que con los años se arrepienten de no haber dedicado más tiempo a sus hijos.

Madres que dejaron su carrera para para cuidar a sus hijos y descubrieron que eran más infelices, que no les satisfacía algo que habían deseado tanto y que habían elegido.

Mujeres que se arrepintieron de haber tenido hijos.

Mujeres que se arrepintieron de no haber tenido hijos.

Mujeres que criticaron a otras mujeres y acabaron con el tiempo haciendo lo que criticaban.

Mujeres que tras sufrir para dar el pecho a sus hijos o hijas, reconocen con vergüenza que hubieran sido más felices dando el biberón si no se hubiera obsesionado con la lactancia, que no la disfrutó y que la recuerda como una tortura.

Mujeres y mujeres opinando, cambiando de opinión, cambiando de circunstancias...

Así que ¿quién soy yo para juzgar o criticar a otra mujer? Vivo como puedo y con eso tengo bastante.

No olvidemos que una función importante de las sociedades es proteger a sus miembros más vulnerables, los menores lo son. Por ellos, encontremos un punto de encuentro.



Os dejo un fantástico vídeo titulado Guerra de mamás. Y el poder de la hermandad.










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