lunes, 11 de abril de 2016

Mi experiencia de la práctica del Mindfulness para el dolor.


“El sufrimiento es el impacto del dolor en la consciencia.” Chirtophe André.





A mediados de enero noté un dolor intensísimo en la espalda, en la zona lumbar que me impedía ponerme en píe, hasta el punto de desmayarme cada vez que me levantaba. Era incapaz de ir al coche por mi misma para ir al hospital. Al final mi marido llamó a una ambulancia. Toda una experiencia lo de ir en ambulancia al hospital, aunque eso no es lo importante aquí, me bajaron y trataron con mucha delicadeza y cariño.








Aquí empezó todo, el diagnóstico que vino después fue de varias cosas que no van demasiado bien en mi espalda, entre ellas una voluminosa hernia discal. 

Después de dos partos uno de ellos sin epidural, puedo decir que no he padecido un dolor tan intenso y duradero como este. 

No es fácil convivir con el dolor, me sentía de mal humor e irritable. Sentía que mi cuerpo se había transformado en un instrumento de tortura y el dolor lo invadía todo en mi vida.

Vengo practicando la meditación de forma autodidacta desde hace unos 10 años. Descubrí las maravillas de la meditación en un viaje a la India y desde entonces, de forma más o menos intermitente ha formado parte de mi vida. Hace un año empecé a darle un contenido más teórico y formal con el Mindfullness. 


El Mindfulness resumiendo mucho consiste en observar lo que sucede dentro de nosotros y a nuestro alrededor sin juicios y con total aceptación, sin resistencias. Es tener una conciencia abierta a lo que vaya surgiendo. Algo que se aprende con la práctica del Mindfulness es que la resistencia al dolor da lugar al sufrimiento, que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.

Yo había empezado a dejarme llevar por el sufrimiento. Me resistía al dolor, no lo quería y a la vez lo invadía todo. Empecé a meditar, a centrarme en la respiración, a observar mi dolor sin identificarme. Sentía dolor, pero yo no era el dolor. No huía ni me identificaba con el dolor. 

Evidentemente me han ayudado muchas más cosas, mi pareja, mi familia, mis amigas y amigos, hasta mis hijas. Pero sin esta herramienta estoy convencida que mi recuperación hubiera sido muy diferente.

Os dejo como ejemplo una meditación sencilla para llevar la atención a la respiración.



Os animo a acercaros al Mindfulness sin miedo, este sólo es un ejemplo de como me ayuda en mi día a día, en este caso en un momento de crisis aguda de dolor. A ti también puede ayudarte.