miércoles, 4 de marzo de 2015

Buscando la fraternidad conmemorando el 8 de marzo.

Se acerca el 8 de marzo, día en el que se conmemora (que no se celebra), la muerte de 129 mujeres, que reclamaban tener iguales derechos laborales que los hombres, en el incendio de una fábrica textil de Nueva York. Cada 8 de marzo, se celebra el día de la mujer, como recuerdo tanto de la lucha histórica, como los avances respecto al justo respeto a nuestros derechos.


Hoy día 3 de marzo, quiero hacer una reflexión en voz alta. Como feminista, quiero romper una lanza por los hombres que también lo son. Que sienten que con el machismo y el patriarcado ellos también pierden. Que a veces las propias mujeres no les damos ese espacio, que no encontramos la manera de cogernos de la mano y avanzar a la par por el sendero de la igualdad. También hay hombres que se indignan y se asquean con la publicidad sexista, con la mirada repulsiva de otros hombres. Que quieren y luchan por estar con sus bebés más de 15 días. Que quieren que tengamos el mismo salario sea cual sea nuestro sexo. Que se extinga la sinrazón de las mutilaciones genitales. Que creen que cada persona es legítima y libre de decidir en su cuerpo. Que son capaces de defender el feminismo ante machistas, sean del sexo que sean. Hay hombres que te hacen saber que eres una gran mujer y a la vez que no eres una Superwoman, que pedir ayuda está bien y están ahí. Que te miran de igual a igual, a los ojos, con respeto y admiración.

No olvidemos que también hay mujeres machistas que no entienden ni el motivo, ni la necesidad de hacer del 8 marzo día de honrar a las mujeres. Sin embargo hay hombres que sí, que no quieren ni necesitan un día del hombre, ya lo explica muy bien Mar Esquembre, en este articulo.  Esos hombres aplauden que exista en el almanaque el 8 de marzo como símbolo de una lucha que ellos también comparten.

Yo siempre he sostenido que con el machismo y el patriarcado perdemos, hombres y mujeres, porque a ambos nos inviste de unos roles y unos estereotipos que condicionan nuestro libre desarrollo personal, ahí es donde choco con algunas feministas que dicen que las mujeres deben liberarse solas. Me parece absurdo dejar de lado a hombres feministas. Creo que las mujeres y hombres debemos emponderarnos desde nuestra individualidad, es decir, yo como la persona que soy, con nombre y apellidos, con mi historia vital y mis circunstancias, que tipo y modelo de persona, mujer, madre... quiero ser, y buscar las herramientas para lograrlo.

Intentar fomentar un modelo social en el que todas esas individualidades tengan cabida, con independencia de sexo, indentidad sexual, raza, religión, clase social…, para ello, busco sororidad con las mujeres y fraternidad con los hombres.

Un sentido y calido abrazo.