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viernes, 5 de diciembre de 2014

Cómo hablar de la muerte a los niños.



Cómo hablar de la muerte a los niños.




La muerte es un concepto extremadamente difícil de comprender para los niños, y difícil de explicar para los adultos, ya que además del gran dolor que causa, ni siquiera los adultos somos capaces de entenderla. Aún así es importante no apartarle de la realidad que se está viviendo. Los niños tienen derecho a que les informemos con sencillez y veracidad.

¿Cuándo y cómo hacerlo?

Pasados los primeros momentos de mayor estremecimiento, buscaremos un momento y lugar adecuado y le explicaremos lo ocurrido con palabras sencillas y sinceras.(Estaba muy muy enfermo, o quedó muy muy malherido y las medicinas no le pudieron curar, o era una enfermedad que pocas personas cogen, aclarándole que la mayoría de las personas superan las enfermedades para evitar el miedo a morir por un simple resfriado él u otro familiar).


Es mejor decir ha muerto, a utilizar expresiones como, se ha ido, se ha dormido para siempre, ya que pueden crear más confusión e inseguridad. Para que entienda lo que es la muerte, es útil hacer referencia a los momentos y actividades propias de la edad del niño (no podrá jugar, reír, comer…).

¿Participar o no en los ritos funerarios?.


No se debe obligar a un niño que está asustado a ir al velatorio o al entierro, sin embargo, si es recomendable que participe en algún ritual o ceremonia de despedida, acorde con las ideas familiares. Hacer un dibujo y depositarlo en algún lugar especial para la familia, encender una vela,…

Si decide asistir, explicarle con antelación que verá, que escuchará… Que le acompañe alguien cercano que se pueda hacer cargo de sus preguntas y la expresión de sus emociones. Hay que dejar que el niño exprese sus emociones y sentimientos, sean del tipo que sean, aceptarlos y apoyarle. Tampoco hay que tener miedo a mostrar sentimientos de pena o llanto delante del niño. Los niños imitan a los que tienen a su alrededor, por lo tanto si los adultos se comportan ante la muerte de forma impasible y sin expresar tristeza, aprenderán que no está permitido mostrar sentimientos ni a hacer preguntas y se lamentarán a solas.

Siempre dejarle claro que no ha sido por su culpa, que nada de lo que haya dicho, pensado o hecho tiene nada que ver que con la muerte.

A veces los niños expresan el sufrimiento por la pérdida de forma diferente a como lo expresan los adultos. Puede haber cambios bruscos de humor, alteraciones del sueño, en la alimentación, regresiones,…

Los temores más frecuentes del niño tras una pérdida cercana son:


- ¿Causé yo la muerte?.
- ¿Me pasará esto a mí o a alguien más?.
- ¿Quién me va a cuidar?.