Cada cierto tiempo aparece un artículo, noticia, o una
conversación (de internet o no) en la que se enzarzan dos posturas, bastante
irreconciliables.¿ Se puede, y se debe desdoblar «COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS» O
«CIUDADANAS Y CIUDADANOS» por ejemplo.?
Cada persona se expresa como piensa, tenemos un marco global con
una serie de reglas gramaticales y lingüísticas para entendernos. Yo veo que
escribir vecinos y vecinas para referirnos a ambos, y como forma de
contextualizar que hay personas de ambos sexos convocados, puede ser
redundante, y en mi opinión no contraviene ninguna regla que merezca que
linchen a nadie, a no ser que seas una persona fundamentalista de la lengua.
Creo que cualquier fundamentalismo es malo y que si todas las personas ponemos
de nuestra parte sin ponernos a la defensiva por un @, o una x, o o/a y nos
centramos en el contenido de la información a compartir pues nos iría mejor.
Si una persona piensa que se siente discriminada por el uso del
leguaje, de alguna forma intentará romper esa discriminación provocando una
ruptura con el mismo, y en mi opinión es legítimo. Si otra persona piensa que
el lenguaje se está vulgarizando, perdiendo riqueza, intentará que el uso del
lenguaje se mantenga de la forma más culta posible. Yo cuando leo un “ola k
ase?” siento como aumenta mi astigmatismo, así que también entiendo esta
postura.
Si ambas posturas no son capaces de encontrarse, es que son
ganas de tocar las narices y no empatizar ni comprender las razones de unos y
otras.
Entiendo que el uso de @, o de X puede ser incómodo de leer,
sobre todo para las personas ciegas que usan lectores automáticos.
Como curiosidad, decir que ya el Poema del Cid usaba la diferenciación
entre «mugieres e uarones»,
Myo Çid Roy Diaz por Burgos entroue,
en sue conpaña sessaenta pendones;
exien lo ueer mugieres e uarones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone,
plorando de los oios, tanto auyen el dolore.
De las sus bocas todos dizian una razone:
'Dios, que buen vassallo, si ouiesse buen señore!'
en sue conpaña sessaenta pendones;
exien lo ueer mugieres e uarones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone,
plorando de los oios, tanto auyen el dolore.
De las sus bocas todos dizian una razone:
'Dios, que buen vassallo, si ouiesse buen señore!'
(Poema del Cid, vv.15-20
Más curiosidades,
El señor Smith y su
hijo Arturo iban en un coche. Tuvieron un accidente. El padre murió en el acto
y el hijo quedó herido de gravedad y lo ingresaron en el hospital. Al verle, el
jefe del departamento de cirugía dijo: 'Yo no lo puedo operar. ¡Si es mi hijo
Arturo!'. ¿Cómo te explicas esto?.
Hay dos elefantes
sentados en un tronco.
El elefante pequeño es hijo del elefante grande,
pero el elefante grande
no es el padre del elefante pequeño
¿Cómo es posible?.
El elefante pequeño es hijo del elefante grande,
pero el elefante grande
no es el padre del elefante pequeño
¿Cómo es posible?.
Creo que la teoría del lenguaje español es que la norma se
adapta a lo que se habla en la calle. Y desde la psicología pensamos que lo que
no se nombra no existe, así que intentaré nombrar lo femenino cuando crea
conveniente que hay que nombrarlo, intentaré que sean fórmulas como:
a) llamar «varón» al varón el mayor número de veces posible;
b) utilizar «persona» en vez de «hombre» siempre que sea posible.
Y que cada cual escriba como le nazca y desde donde le nazca, y
que cada cual lea desde donde quiera y entienda lo que quiera.
Total siempre es así.
Total siempre es así.
Fuentes:
El problema es que todo esto parte de una premisa falsa, que el lenguaje es sexista. Lo segundo es que el idioma español termina siendo víctima inocente del fariseísmo de lo políticamente correcto, esto es, gente que confunde ideología con hacer gestos vacíos y arbitrarios para demostrar al populacho que son más santos y más dignos que nadie.
ResponderEliminarCon el tiempo, el número de preceptos absurdos a seguir se vuelve inmanejable y contradictorio. Lo peor de todo, es que esta gente que afea y asigna etiquetas denigrantes a los demás por no apegarse con fidelidad a sus ritos demenciales son los mismos que constantemente traicionan el espíritu de sus creencias.
En suma, que la gente que promueve estos disparates gramaticales en nombre de la inclusión, la tolerancia, y la igualdad de sexos, no creen realmente en esas cosas, sólo están jugando al juego de ver quién es más ideológicamente puro, autoimponiéndose reglas que en nada ayudan a resolver los problemas de la sociedad, pero que les hace sentir bien consigo mismos, y les sirve de excusa para denigrar a los sucios publicanos.
Por último, está el hecho de que esta gente además perdió el juicio y la sensatez hace muchos años, y que funcionan en forma de secta destructiva, por lo que lo más recomendable es poner la máxima distancia posible de ellos. En general, conviene no fiarse un pelo de nada que diga un sociólogo, un psicólogo, o un político, aunque a la gente esto último se le olvida cuando parece que le beneficia.