Anoche me acosté con la noticia del primer caso de Ébola en
Europa, y ¡¡¡tachán!!!!, en España, Madrid, Alcorcón (al ladito de donde iba a
ir Eurovegas). La primera impresión es de sorpresa, estupor, miedo, y según voy
leyendo mi indignación, mi vergüenza, repulsa crecen.
Me vienen ideas, noticias, como la del espeleólogo que ha
estado más de diez días atrapado en una cueva poco accesible, en condiciones
muy duras, con lesiones tras una caída que imposibilitaban su salida por sus
propios medios sin poner en riesgo su vida. Que estaba trabajando, hay muchos
tipos de trabajos y el suyo era ese. Pues a este buen hombre lo han tenido que
repatriar haciendo prácticamente una colecta entre los aficionados a la espeleología
y afines y con la ayuda desinteresada del Gobierno de Perú, ya que el Gobierno
de España ha debido valorar que una simple lesión de espalda a un ¿espeleoqué? no
merecía movilizar gastos y medios. Algo que sí hicieron dos veces, con dos
religiosos (¿casualidad?), algo que no critico ya que para mí tienen el mismo
valor todas las vidas, sean de donde sean y trabajen en lo que trabajen. Se da
la paradoja que el virus, por obra y gracia de una decisión más política que
sanitaria (en mi humilde opinión, claro), va a ser expandido por un cura
misionero, que hizo suyo el lema del Evangelio y de Jesús de la opción por los pobres, que estaba a
miles de kilómetros de su casa, poniendo en práctica su fe, evangelizando desde
el ejemplo, ayudando a los más necesitados en el barro, el polvo, en los amagos
de hospitales; y no desde púlpitos, adornados con cruces de oro y vestidos con
telas de primera calidad; evangelizando a golpe de Ley.
Creo que anoche mismo tenía que haber habido dimisiones. Porque
nadie sabe cómo se ha producido el contagio. Porque una trabajadora, que
debería estar en cuarentena, estaba de vacaciones. Porque una persona que ha
sido susceptible de contagiarse (como desafortunadamente ha sido), y que
debería estar bajo observación está con síntomas desde el día 30 de septiembre
y la ingresan el día 6, ya sólo por esto debería haber dimisiones y/o ceses.
Pero aquí no pasa nada, todo sigue igual. Pero esto no pasa por casualidad. Es
un cúmulo de decisiones políticas y económicas que no tienen que ver nada con
lo sanitario.
Como ejemplo:
- El hospital Carlos III, referencia nacional para
patologías infecciosas y tropicales, “para ahorrar dinero”, se desmantela una
unidad ya montada, organizada, formada y preparada, con todo el dinero que ha
costado, para instalar otra igual, en un hospital que no la tiene y que hay que
pagarla de nuevo.
- Se pregonó y publicitó que el riesgo era “nulo”. Nos
dijeron “tenemos un sistema de alertas que funciona perfectamente y unos
protocolos que se cumplen". Hasta donde yo sé, los protocolos sanitarios
están estandarizados, escritos y divulgados entre la comunidad sanitaria. En
este caso creo que a pocos sanitarios ha llegado, (si es que existe, es público
y accesible). He leído en blogs de profesionales de la enfermería de cursos exprés
de 15 minutos en los que sólo se explicaba cómo poner y quitar el traje
especial.
Estoy harta, que no nos expliquen nada, que hagan de sofistas
hablando sin contar nada, que nos vendan humo, que nos crean imbéciles. Que
mercadeen con nuestra salud, con nuestros derechos. Que asumamos una deuda que
no hemos generado. Que no paren de salir noticias de personajes y personajillos
que si han vivido por encima de sus posibilidades a costa del erario público y
que aquí siga sin pasar nada, sin ceses, sin inculpaciones judiciales, sin
devolución de lo robado.
Estoy harta de un sistema plagado de psicópatas y
narcisistas. Dónde hace tiempo se dejó de buscar el bien común, consensuado y
teniendo en cuenta al mayor número de personas.
Creo que hace falta y es necesario un nuevo sistema y un nuevo
paradigma de pensamiento (político, económico, social…).
Circula por ahí una definición de locura que atribuyen a
Einstein y dice: “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando un
resultado diferente”. Pues eso, que habrá que cambiar para salir de esta locura
y este sin sentido.
Y añado, quizás ahora las farmacéuticas y los gobiernos inviertan en tratamiento y vacuna. Es inmoral cómo se está dejando morir a toda la gente de países como Sierra Leona, Liberia... Claro, los negros de África, ¿qué nos importan mientras no nos afecte a nosotros el virus? Pues señores, a mí sí me afecta. Yo ya estaba escandalizada con los contagios, y no menos que el de la auxiliar de enfermería de Europa... Mierda de mundo...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu añadido.
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